2. Cuando el aceite se temple, le echamos la canela en rama, las cáscaras de naranja, matalahúva, una pizca de sal y la harina mezclada con el agua. Lo ponemos al fuego y no lo dejamos de mover para que no haga grumos. Si notamos la masa muy espesa, podemos agregarle más agua sin dejar de mover hasta que pierda el sabor a crudo. Seguimos moviendo y le añadimos el azúcar.
3. Servimos la poleá en cuencos individuales y la espolvoreamos con canela y le añadimos los picatostes. Puede tomarse fría o caliente.